El amor duele: Segunda parte (O lo que es lo mismo: el regreso del aguacate)

Si duele y bastante, ha dejado varias victimas con las extremidades amputadas con el único fin de disminuirles el espíritu y tenerlos a su completa merced. Bueno, al menos eso dicen los literatos. Y claro, Eddie Vedder, el segundo de a bordo del Leviatán conocido como Pearl Jam.
Llevo más de una hora intentando conectarme al MSN para burlarme de Hamster Master y su critica condición femenina (al igual que del involuntario humor gramatical que sus fanáticos dejan asomar en los comentarios que dejan, porque espero que esos errores no sean apropósitos, maldita ortografía y su manera de exponernos públicamente, o debería decir ¿hortografía?), pero la conexión no esta de mi lado hoy, al parecer igual es mujer, y una de las caprichosas. O simplemente no quiere que me burle de los fanáticos de Master (hasta suena a secta).
El disco del aguacate, como amistosamente le llamo, es el álbum homónimo que lanzo Pearl Jam a mediados del año pasado. Básicamente cualquier disco de la banda de la última decada solo ha emocionado especialmente a sus fanáticos (quizás solo el acoplado de rarezas, Lost Dogs, logro conmover a un público más amplio).
Sin embargo este disco desde su planeación se sentía diferente. La banda lo anunció casi un año antes de que lo lanzará al mercado, prometiendo un acercamiento más crudo que en últimas ocasiones y jurando, casi, que lo primero que gritaríamos al oírlo sería: ¡SON THE WHO!
Lo compre unos meses después de que salio a la venta (creo que unos tres o cuatro. y como auto regalo por haber sobrevivido al segundo semestre de la carrera) y aunque no grite en busca de la aparición del extinto cuarteto ingles, debo decir que la primera mitad me pareció de lo mas rockero que haya escuchado (claro que no refiero a niveles de volumen inaudibles y casi pasmosos, sino a pura actitud: el sabor a la Neil Young de Life Wasted; unas guitarras muy a la The Strokes haciendo su aparición en el sencillo sacude-cabezas World Wide Suidice, aparte del deja vu casi imperceptible en la letra con A Day In The Life; el bajo imitando el primigenio galope de John Entwistle en Comatose; y esa maravilla sincopada de Marker in the Sand, que tiene mucho más que ver con una canción de jazz que con cualquiera de Nirvana); pero la segunda parte se ponía un poco contemplativa.
Si fuera un vinilo, Parachutes marcaría el inicio del lado B, oscura, con mala vibra y un toque a The Beatles, sin embargo las demás tracks perdían ese misticismo y parecían, efectivamente, lados B de los probables sencillos. Pero no había por que ponerse tan solemnes pues el disco cerraba con la inmejorable Inside Job, de la cual el critico David Fricke explicaba “la canción empieza calmada, y crece hasta llegar al máximo en una combinación de Stariway to Heaven, y The Song is Over, una imagen de Vedder tropezándose de la oscuridad a la luz". Dicha canción, como la mayoría del disco, habla sobre encontrar la salvación en una sociedad políticamente corroída.
Un poco antes en el tracklits, de hecho antes de Inside Job, aparece Come Back. Honestamente nunca le había prestado mucha atención a la letra, pero hoy mientras esperaba a que por décima segunda vez (o algo parecido) la conexión me negara el acceso a MSN, escuche y no podía creer:

If i keep holding out… Will the Light shine through?
Under this broken roof… It’s only rain that I feel
I’ve been wishing out the days… Come back

I have been planning out… All that I’d say to you
Since you slipped away… Know that I still remain true
I’ve been wishing out the days

Please say, that if you hadn't of gone now
I wouldn't have lost you another way
From wherever you are... Come back

And these days, they linger on
And in the night, as I'm waiting on
The real possibility I may meet you in my dream
I go to sleep

If I don't fall apart.... Will the memories stay clear?
So you had to go..... And I had to remain here

But the strangest thing to date
So far away
And yet you feel so close
And I'm not gonna question it any other way

There must be an open door
For you to
Come back

And the days, they linger on
And every night, what I'm waiting for
Is the real possibility I may meet you in my dream

And sometimes you're there
And you're talking back to me
Come the morning I could swear you're next to me

And it's okay
It's okayIt's okay

I'll be here
Come back
Come back

Ahora viene el punto de vista personal:
Me gustaría mucho pensar que esta canción se aleja de la temática predominante del disco. Claro que un análisis más profundo podría demostrar la exposición de la ideología de la banda (pues puede que el amante que se aleja no sea más que la añorada libertad), pero todo mundo en algún momento u otro, ha sentido esa necesidad de decirle a alguien que espera que ese adiós sea solo un hasta luego, algo que deje ver que esa puerta estará siempre abierta, como una herida permanente.
Musicalmente, se aprecia un plausible acercamiento al blues, más pastosa que la aclamada Yellow Ledbetter. La batería literalmente retumba y la voz de Eddie se esucha lastimera y herida, pero sin dejo de odio, pura empatía. De fondo, y a lo largo de toda la canción, una guitarra hace un vibratto a punto de ser slide, mientras un órgano crea un discreto, pero efectivo muro de fondo. En el solo primero Gossard extiende las melodías para crear algo tranquilo, para ceder el protagonismo a McReady y hacer que la canción explote. Algún lego podría confundirla incluso con alguna de Clapton (del Ocean Boulevard o sus últimos discos). Maravillosa, creo que le daré otra oportunidad al lado b.

Nota al margen: ya me pude conectar, pero no esta Master, me tendré que burlar de ella luego, mientras intentaré vencer la flojera y terminare el diseño del periódico, probablemente haya muchas anatemas en mi contra.

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