Lo más seguro es que se pregunten porque nadie había posteado nada, ¿será que esos de deus ya se consiguieron vidas propias? bah, por mi cuenta corre que eso nunca ocurra, lo que ha pasado es que hemos estado muy ocupados con cuestiones escolares (o dicho de otra manera, hemos aprendido a odiar más a nuestra carrera y todos los wannabes de diseñador que pululan en ella), pero eso lo comentaremos con más calma en otro momento (yo espero que mañana ya tengo tiempo y ganas), lo que hoy tengo que compartir con ustedes es un pequeño pedazo de conocimiento. Los mexicanos somos mayormente conocidos en el mundo por ser unos borrachos irresponsables dormidos debajo de un cactus o por ser mediocres sin talento alguno (solamente el de emborracharse para dormir bajo un cactus o emocionarse de manera animal por un partido de futbol, y no, no me importa poner el acento a futbol, no hay nada importante en ese juego ni en escribirlo correctamente, es más, pondré futvol), pero el caso es que hace unos momentos mientras hacía una rápida búsqueda en internet para confirmar un dato que aparece en uno de los artículos que esta semana me toco editar para el periódico (uno nunca sabe cuando los alumnos de comunicación están mintiendo) encontré esta noticia, es un poco vieja, pero vale la pena leerla:
Mexicano inventor del MP3 es por fin recompensado
Ciudad de México, 2 de noviembre.- Para muchos adeptos a las nuevas tecnologías, el acrónimo MP3 trae a la mente la imagen de grandes compañías como Apple, que con su popular creación, el iPod, ha revolucionado el modo en que se compra, escucha y distribuye la música entre los jóvenes de todo el mundo, lo cual ha generando ganancias de varios billones de dólares en tan solo cuatro años.
El MP3 es un controversial formato de música digital que permite a los usuarios almacenar en sus computadoras varias horas de música en una calidad cercana al CD de modo que pueden ser copiadas un número ilimitado de veces. Esto ha generado multimillonarias batallas legales entre las productoras de música y los distribuidores de MP3s que pueden encontrarse fácilmente en el Internet.
Sin embargo, entre el circo mediático que han generado las demandas y las nuevas tecnologías que se adaptan a este formato, pocos saben algo sobre los orígenes de este tipo de archivo que ha hecho ganar millones a tanta gente y se ha consolidado como uno de los principales pasatiempos entre jóvenes estudiantes de todo el mundo, incluyendo México.
A cualquiera le resultaría sorprendente que el MP3 no haya sido creado por algún científico en un laboratorio informático japonés, sino por un estudiante de ingeniería regiomontano que a principios de 1990 se percató de la importancia que podría tener uno de sus pasatiempos favoritos y se dedicó a compartir canciones en este formato entre todos sus amigos y conocidos. El éxito fue inmediato.
Jesús Martínez Pinedo, con entonces 23 años, creó en el centro de cómputo de su universidad un algoritmo de compresión de audio digital que fue evolucionando a lo largo de tres versiones (de ahí y de sus dos apellidos el nombre de MP3) y se convertiría en el proyecto de su vida hasta que a finales de 1991, un accionario alemán del Instituto Fraunhofer le contactó personalmente y le ofreció 12 mil dólares por el código fuente de su creación.
Quince años después, Martínez Pinedo seguía arrepintiéndose de haber aceptado la oferta que aunque en su momento era cuantiosa para un estudiante, resulta ridícula dado el éxito de su invento en la era del Internet. Afortunadamente para él y para el resto de la comunidad científica mexicana, el International Digital Mendi Bureau (asociación que se encarga de las licencias de distribución de formatos digitales en todo el mundo) declaró el mes pasado, después de seis años de reclamos por parte de varias instituciones científicas mexicanas, que todo uso del formato debe aportar una porción de las ganancias a su creador.
A pesar de que no se ha hecho pública la suma que se le otorgó al ahora Ingeniero en Sistemas de 38 años, expertos en la materia aseguran que la cifra podría rebasar los 6 billones de dólares, lo cual convertiría automáticamente a Martínez Pinedo en uno de los hombres más ricos de Latinoamérica.
Se espera que en las próximas semanas se haga un comunicado oficial con toda la información referente desde la Villa Gómez, lujosa propiedad que el nuevo multimillonario ha adquirido recientemente en las costas de Yucatán y que se convertirá en la sede de la Fundación Martínez para los Avances Tecnológicos Nacionales (FUNMATEN). El Instituto Fraunhofer se ha negado a hacer mayores comentarios al respecto desde la resolución, aunque ha dejado claro que aunque sus pérdidas son cuantiosas, no ponen en peligro a la organización ni frenarán las investigaciones científicas que realiza.
Ahora ojala y lo piensen antes de volverse a emborrachar para terminar debajo de un cactus.